Capítulo 1: Radio Sutatenza, la Voz que Enseñó a Leer a un País
Julio 3 de 2025Un País Donde Leer Era un Privilegio
En la década de 1940, Colombia enfrentaba un drama silencioso: casi la mitad de su población era analfabeta, y el número era aún más alarmante en las zonas rurales. La escuela estaba demasiado lejos, o no existía. Los maestros escaseaban. La educación era un lujo.
En este panorama desigual, un joven visionario de solo 29 años, Joaquín Salcedo, tuvo una idea poderosa y sencilla: si la escuela no podía llegar al campo, entonces la educación debía viajar por el aire.
Nace una Revolución: Radio Sutatenza
Desde un pequeño pueblo boyacense, Radio Sutatenza comenzó a emitir en 1947 con un transmisor de apenas 90 vatios. Su objetivo: alfabetizar al campesinado colombiano. Su herramienta: la radio. Su estrategia: combinar las emisiones con cartillas impresas, periódicos y dinámicas comunitarias.
Lo que comenzó como un experimento, se convirtió en el programa de educación a distancia más ambicioso de América Latina. Radio Sutatenza no solo enseñaba a leer, sino también sobre salud, agricultura, derechos y ciudadanía. Era una escuela para la vida.
Algunos Números que Impactan
Durante casi cinco décadas de actividad, Radio Sutatenza logró:
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Transmitir más de 1.5 millones de horas de programas educativos.
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Alfabetizar a más de 4 millones de personas.
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Imprimir y distribuir más de 6 millones de cartillas y 75 millones de ejemplares del periódico “El Campesino”.
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Llegar a los rincones más alejados del país, donde no había ni carretera, ni escuela, ni luz eléctrica.
Fue, en esencia, la democratización de la educación mucho antes de que internet hiciera lo suyo.
Más que Educación: Un Movimiento Cultural
Radio Sutatenza no fue solo un proyecto pedagógico. Fue un movimiento social y cultural que cambió la autoestima del campesinado colombiano. Por primera vez, la gente del campo se veía a sí misma como protagonista del cambio, como parte activa del país.
Desde sus micrófonos se hablaba de higiene, justicia social, música tradicional, y espiritualidad. Había espacio para la voz del campesino y su dignidad.
No por nada, presidentes, embajadores y expertos internacionales visitaban Sutatenza para entender cómo desde un pueblo de Boyacá se había gestado una revolución pedagógica que inspiró a otras naciones.
¿Qué Pasó con Radio Sutatenza?
A pesar de su impacto, la emisora cerró en 1994 tras ser vendida por la Iglesia. Sin embargo, su legado es inmenso. Millones aprendieron a leer, a entender sus derechos, y a confiar en su capacidad.
Más aún: Radio Sutatenza dejó una lección para siempre: los medios de comunicación pueden educar, construir comunidad y transformar sociedades.
✊ ¿Por Qué Esta Historia Importa Hoy?
Porque en tiempos de desinformación, odio y olvido, recordar que una simple emisora enseñó a leer a millones con respeto y cariño, es una lección de esperanza.
Porque demuestra que la innovación no siempre es digital, que la educación puede ser inclusiva y transformadora cuando nace del compromiso social.
Y porque esta historia no es nostalgia. Es un modelo aún válido, una inspiración para seguir enseñando, incluso desde la radio o un celular rural.